En
ocasiones una práctica deportiva muy
intensa o entrenamientos puntuales más exigentes de lo normal hacen que
nuestro sistema inmune se resienta.
Esto puede llevar a sufrir los típicos
resfriados de vías respiratorias altas o, si no descendemos el estímulo, a
otro tipo de problemas como puede ser el sobreentrenamiento.
Pese
a que una práctica supervisada por un profesional
del ejercicio físico deberá proporcionar una mejora de la salud, no hay que
olvidar que en ciertos momentos nuestro sistema inmune puede verse afectado,
por diversas situaciones, no solo las derivadas del entrenamiento.
La
importancia del entrenamiento invisible
En
este sentido, resulta clave la relación
óptima entre estímulo (entrenamiento) y recuperación (que podrá ser pasiva o
activa) entre sesiones de intensidad alta o larga duración. Una inadecuada recuperación podrá propiciar que
el sistema inmune se deprima, aún más y por lo tanto ampliar las opciones
de sufrir algún proceso infeccioso (Pedersen,
Rohde, y Ostrowski, 1998).
Por ello, es de vital importancia cuidar todos los aspectos del entrenamiento, y especialmente aquellos que forman parte del entrenamiento invisible (alimentación, descanso, sueño, etc.).
Ingesta de carbohidratos
El
principal factor que puede afectar tanto positivamente, como negativamente en
la depresión del sistema inmune después de una o varias sesiones de
entrenamiento exigente es la alimentación.
En concreto, la ingesta de carbohidratos
tras el entrenamiento reduce la presencia de catecolaminas en el torrente
sanguíneo, así como mantiene la concentración
de glucosa sanguínea potenciando los procesos anabólicos (Nieman, Fagoaga, Butterworth, Warren,
Utter, Davis, Henson, & Nehlsen-Cannarell, 1997; Nieman, Henson, Garner,
Butterworth, Warren, Utter, Mark Davis, et al. 1997).
Los beneficios de la ingesta de hidratos de carbono después de una sesión o competición exigente parece clara, especialmente si queremos minimizar una depresión del sistema inmune. No obstante, un artículo de Walsh y colaboradores (2011) puso de manifiesto la “lentitud” en la adaptación del sistema inmune al estímulo provocado por el entrenamiento. En otras palabras, que debemos incrementar la ingesta de hidratos de carbono en nuestra dieta más allá de las horas siguientes al entrenamiento o competición, ya que el sistema inmune puede verse afectado varios días.
Ingesta de proteínas
Otro de los principales puntos importantes para minimizar la depresión del sistema inmune, después de un entrenamiento intenso, es la ingesta de proteínas. Una investigación de Witard y colaboradores (2014) reportó una menor incidencia de problemas derivados de infecciones de las vías respiratorias altas en ciclistas que seguían una dieta alta en proteínas.
Aunque la evidencia científica es menor,
debido a que existen menor número de estudios publicados, el uso de antioxidantes y fitoquímicos han sido objeto de estudio
por sus efectos potenciales sobre la
modulación del sistema inmune (Walsh et al., 2011).
¿Por
qué los antioxidantes endógenos son importantes para los corredores?
Por
otro lado, a la hora de hablar de antioxidantes
existen dos grandes divisiones: exógenos
y endógenos. Nos centraremos en los segundos ya que el ejercicio influye en
potenciar sus efectos y capacidades. La realización de ejercicio influye
directamente en la generación de
radicales libres (ROS y RNS) que dañarán diversas estructuras corporales.
Esto es necesario para que nos adaptemos al estímulo y nuestro rendimiento
aumente. No obstante, en periodos de mucho entrenamiento, o estrés, el equilibrio entre la generación de estos
radicales libres y la capacidad de
las enzimas antioxidantes para neutralizarlos parcialmente puede verse
rota, generando:
- Una falta de recuperación.
- Mayores posibilidades de sufrir resfriados.
- Incapacidad de rendir a un nivel alto, entre
otras.
Suplementación
con ciertos tipos de antioxidantes
Por ello en algunos casos, la suplementación con ciertos tipos de antioxidantes puede ser necesaria. En este sentido uno de los principales antioxidantes endógenos que tiene el organismo es la enzima superóxido dismutasa (SOD), es de vital importancia para la neutralización del anión superóxido.
Actualmente,
no existe un producto en el mercado que tenga un contenido tan grande de
actividad de la enzima antioxidante SOD y provoque una biodisponibilidad de
esta en el organismo que el producido por la alga Tetraselmis chuii. En este sentido, TetraSOD® es uno de los productos que combate el estrés oxidativo mediante esa
enzima SOD (Superóxido dismutasa), y a la que suma el glutation peroxidasa
y catalasa, así como ácidos grasos esenciales, vitaminas, antioxidantes,
minerales, pigmentos y aminoácidos. Una composición que le convierten en un
agente antioxidante con el que se puede controlar
la producción de ROS (Reactive Oxygen Species) y también prevenir la oxidación celular.
De
esta forma, TetraSOD® se puede convertir en tu gran aliado a la hora de mejorar tu rendimiento deportivo, pero
también la recuperación del ejercicio físico, reduciendo las posibilidades de sufrir sobreentrenamiento, y por
tanto, mejorando la respuesta del
sistema inmune del deportista.
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